“El Señor Jesús nos dice: Ustedes, que han sido bautizados en mí, han sido bautizados en mi muerte, sepultados conmigo en el bautismo, para que, como yo resucité de entre los muertes, ustedes caminen en una vida nueva. Resucitado, ya no vuelvo a morir. Muriendo al pecado estoy muerto una vez por todas. Viviendo, vivo para Dios. Considérense también muertos al pecado y vivientes para Dios, en mí, que soy su Cabeza. Lleven mi muerte en sus cuerpos para que mi vida se manifieste en ustedes” Meditación de Pascua, San Juan Eudes O.C. 9, 88-89