San Juan Eudes

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BIOGRAFÍA

En la segunda mitad del siglo XVI, vivía en Ri, Normandía (Francia), un granjero llamado Isaac Eudes, casado con Marta Corbin. Como no tuviesen hijos al cabo de dos años de matrimonio, ambos esposos fueron en peregrinación a un santuario de Nuestra Señora. Nueve meses después tuvieron un hijo, al que siguieron otros cinco. El mayor recibió el nombre de Juan y, desde niño, dio muestras de gran inclinación al amor de Dios. Se cuenta que, cuando tenía nueve años, un compañero de juegos le abofeteó; en vez de responder en la misma forma, Juan siguió el consejo evangélico y le presentó la otra mejilla.

FUNDADOR

Las predicaciones de Juan, su ejemplo, su palabra, su celo por la salvación de Los hombres, convirtieron a numerosas personas, pero en especial a mujeres depravadas. Con el deseo de hacer un seguimiento a estas convertidas e inspirado en el amor que Dios profesa por los grandes pecadores, se atrevió a fundar en 1.641, ayudado por la carismática María de Vallées, la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad. El objetivo era atender a estas mujeres despreciadas por la sociedad pero no por Dios.

PADRE, DOCTOR Y APÓSTOL

Juan Eudes amaba intensamente a Jesús y Maria, A ellos les hablaba así: «Yo no deseo sino amarte, Jesús. Tú eres el mayor de mis amigos, eres mi solo y único amigo, mi hermano, mi padre, mi esposo, mi cabeza. Tú eres todo para mí, y yo quiero serlo todo para ti».

Otro tanto decía cuando se refería a Maria. En razón de este amor intenso y sincero, no quiso que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y María fuera una devoción particular, personal.

MÁRTIR

Juan, como todos los santos, amaba el martirio. Esa era una forma, entendía él, perfecta para asemejarse y entrar en comunión con Jesucristo. Alguien que aspire a la total perfección debe aspirar también al martirio. Desde muy niño se sintió inclinado por asemejarse a Jesús en todo. Por eso en su tierna infancia cuando solo contaba con 11 años ya piensa vivir casto y célibe, cumplir el evangelio al pie de la letra, como cuando aquella anécdota de la bofetada y entregar su vida total a Dios en el servicio presbiteral.

SANTO

Iba a cumplir 79 años el primero de noviembre de 1.680, pero el 19 de agosto se le adelantó el cumpleaños en el cielo. Estaba enfermizo, cansado. Le pesaba la edad y todo lo que había hecho por el bien de los hombres. De manera especial, lo había afectado el viaje de regreso a Paris a la reconciliación con el rey. Evidentemente esos viajes largos y sin las comodidades modernas, causaban malestares en personas de la edad del padre Juan Eudes.

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