NUESTROS FUNDADORES
MERCEDES RICAURTE MEDINA
Bogotá, Noviembre 16, 1913
+ Bogotá, Julio 20, 2006
PADRE ANDRES BASSET, Cjm
Paris Abril 19 de 1892 +Bogotá Abril 17 de 1984
El Instituto Secular Fieles Siervas de Jesús ha contado, desde su origen, con la asistencia del Espíritu Santo; las obras de Dios tienen una protección que las llena de riqueza, de Gracia, de amor, de fecundidad y nacen en el momento histórico de Jesucristo.
El Instituto, fundado por Mercedes Ricaurte Medina, a quien el Señor dotó de cualidades y virtudes singulares para responder a los desafíos del momento, se propuso congregar jóvenes para una entrega total al servicio de la Iglesia, asumiendo un compromiso hasta entonces desconocido: LA CONSAGRACIÓN SECULAR.
Merceditas vio con claridad la llamada del Señor, y se incorporó a la Acción Católica en donde asumió el liderazgo apostólico de la Juventud Católica Femenina de Colombia. Más tarde con la Madre Luisa de Fontaubert, Religiosa del Sagrada Corazón y el padre Pierre Charles, sacerdote Jesuita, descubrió la misión entre los laicos y emprendió los primeros pasos hacia su gran reto: Su consagración a Dios para el apostolado en el mundo, pensando en la formación de un grupo de jóvenes que compartieran sus ideales.
En su camino de búsqueda encontró al padre Andrés Basset, sacerdote Eudista, nacido en Francia, quien por designios de Dios vino a Colombia en 1914. Aquí coronó su meta de ser sacerdote de la Congregación de Jesús y María. Ejerció su fecundo ministerio al servicio de la Iglesia y de su Congregación, al frente de la formación de sacerdotes en diversos seminarios; hombre de Dios, de polifacética personalidad.
Merceditas comunicó al padre Basset su proyecto y necesidad de ayuda espiritual. Fue en noviembre de 1939. A partir de ese momento se inició la más fecunda relación espiritual; el padre se entregó al Instituto, le imprimió la Espiritualidad Eudista, definió las grandes líneas estructurales, medios de formación, dirección, doctrina y le dio un indeclinable afecto paternal.
Merceditas, a la vez que asimiló toda esta riqueza, procedió a transmitirla con celo y con la más absoluta fidelidad. Tan cerca estuvo el padre Andrés Basset del Instituto desde su génesis, que Merceditas lo consideró fundador del mismo y es que en verdad, ambos profundizaron los estados de perfección hasta encontrar con claridad el carisma del Instituto, “la consagración a Dios en el mundo para servir a la Iglesia”.
Para ellos no fue difícil identificar la obra como Instituto Secular, después de la promulgación de la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesia del Papa Pío XII el 2 de febrero de 1947. En efecto, este documento expresaba claramente lo que se habían propuesto. Del padre Basset y de Merceditas el Instituto heredó un Patrimonio Espiritual que supera las improvisadas novedades de la espiritualidad fácil y superficial.
La pascua de Merceditas ocurrió el 20 de julio de 2006, después de haber dejado en todas nosotras hondas huellas y una gran riqueza espiritual:
“Hay algo que la Gracia de Dios ha puesto en mi corazón: un gran amor a la Iglesia. Dejo, pues, en mis hermanas este don que el Señor gratuitamente me ha dado. Que este sea el distintivo del Instituto a costa de todos los sacrificios, viendo en la Iglesia la prolongación de Cristo”.
Con el nombre FIELES SIERVAS DE JESÚS, tiene el Instituto un permanente programa de santidad y de vida que perdura y en compañía de la Virgen María, la Esclava del Señor, avanza con renovados propósitos hacia la Evangelización del mundo para gloria de Jesucristo.
MERCEDES RICAURTE MEDINA
PADRE ANDRES BASSET, Cjm
Señor y Padre del cielo,
te damos gracias por el regalo de
la vida de Merceditas Ricaurte y del padre Andrés Basset,
y por el nacimiento en la Iglesia del Instituto Secular Fieles Siervas de Jesús.
Te rogamos humildemente que los glorifiques ahora en tu Reino y a nosotros
nos enseñes a vivir con decisión, como ellos:
un amor profundo y central a Jesús y a María,
un compromiso valiente con el Evangelio,
una preocupación constante por la Iglesia,
un testimonio claro de consagración en medio del mundo y
una búsqueda exigente de la perfección y la santidad.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén